domingo, 16 de febrero de 2014

Benditas mujeres

"Seamos realistas pero soñemos lo imposible"
Mayo del 68.



No es habitual que desde el lado del sexo masculino se reconozcan las bendiciones que las mujeres, como contrapeso vital, aportan a nuestra existencia. Solemos, en el mejor de los casos, hacerlo de forma precaria, por San Valentín, algún aniversario o fecha señalada. ¡Pero que carajo, dberíamos llevarlo tatuado en la frente¡ 

Que me meta ahora en este berenjenal debe ser el fruto de la ausencia de fútbol entre mis pasiones, el día nublado y sin esquí al que me ha tocado someterme o simplemente que la perspectiva dominical (que no dominguera) hace que las palabras se conecten con facilidad pasmosa.

Seamos claros, las mujeres aportan a la vida, lo más importante: vida

Pero no sólo lo hacen biológicamente –aspecto en el que mantiene la exclusiva–, su riqueza es tal que lo hacen en muchas facetas, yo diría que en todas. Viendo ahora que son capaces de la misma pasión que nosotros en los campos de fútbol, creo que ya nos quedan pocos reductos en los que escondernos.

A veces, nuestra experiencia en común se convierte en un choque de titanes. Salta todo por la borda, la ira ocupa el lugar del amor y la convivencia se convierte en sufrimiento. ¿Fruto de la precipitación?¿De la incosciencia?¿De la juventud? Futo del azar estadístico y de que nadie nos enseña como es la vida y la aprendemos en los rincones. Como aquél al que me mandaba el maestro cuando me dejaba de acentuar tres esdrújulas seguidas. Ahora las acentúo casi todas.

Tienen la responsabilidad en nuestra infancia de educarnos a nosotros (los hombres), que pasamos por el enamoramiento (según Sigmun Freud) de nuestras madres. Fijan el mapa emocional que nos acompañará siempre en los primeros años de nuestras vidas con besos, caricias y algún que otro pellizco cariñoso. Y será otra mujer u hombre la que lo reactive haciendo vibrar nuestras pasiones en eso que llaman amor. Decoran nuestra memoria con los sabores de la infancia que luego nos llevan a escaparnos hasta sus cocinas para volver a sentir quellos macarrones al horno, el toque perfecto del pollo o del ternasco... que os voy a contar.

Aunque la primera palabra que decimos es "papa", una buena amiga sostiene la teoría de que más que una afirmación categóricia se trata de una pregunta, porque a esa tempara edad todavía no controlamos el signo de la interrogación.

En definitiva, que las mujeres –al menos desde este sencillo y sincero punto de vista– son benditas e imprescindibles. Y como muestra el último ejemplo social, la carrera contra el ¨Cáncer" que se celebrará en Barbastro. Hasta en eso, en la lucha contra la enfermedad, nos dan ejemplo siempre.

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